“Este es el mejor tiempo para cultivar la empatía”

En los últimos meses, nos ha tocado vivir un contexto totalmente inesperado. La crisis sanitaria por COVID-19 – que luego se volvió crisis económica, social, política y hasta de salud mental – nos ha puesto a reflexionar sobre la importancia del contacto humano en todas sus dimensiones.

Lo que antes dábamos por sentado se ha vuelto para muchas personas un acontecimiento cargado de nostalgia: un apretón de manos, un abrazo, un beso, una palmada en el hombro… De verdad que somos seres necesitados de cercanía, de afecto, de comprensión; eso nos da una sensación de seguridad y felicidad indescriptibles.

Las situaciones de emergencias como la que vivimos actualmente suelen detonar comportamientos muy instintivos y, afortunadamente, muchos de ellos se ubican en el plano de la solidaridad, el altruismo, la empatía, que es justo lo que quiero resaltar en este blog que comparto con ustedes.

Para empezar a pensar sobre la empatía, consideremos que existen realidades muy diferentes a la nuestra pero que, a pesar de ello, todos los seres humanos compartimos la capacidad de sentir, de expresar emociones y de crear criterios sobre nuestra realidad a partir de nuestras experiencias.

La habilidad de poder identificar, reconocer y dar lugar a los sentimientos, realidades y experiencias de vida de las demás personas, es lo que entenderemos como empatía. No solo se trata de decir “sí entiendo tu situación”, sino poder llegar al plano “siento tu situación, soy capaz de evocar y considerar los sentimientos que te genera esa situación por la que estás pasando”.

Ahora bien, la empatía se puede desarrollar, no es un producto fijo o limitado en nuestro repertorio de habilidades y quiero brindar una serie de consejos para ejercitarla en nuestro día a día:

Escuchar más allá de las palabras: Primero que todo, el acto de escuchar es muy sanador, las personas aprecian el hecho de ser escuchadas. Pero escuchar no significa “dejar que la persona hable” solamente, si no que implica reconocer también el lenguaje no verbal (gestos, movimientos), el cual puede ser más genuino que las palabras mismas
Demostrar atención e interés real por los sentimientos: La dinámica de las relaciones interpersonales actuales tiende a enfocarse más hacia la información (datos, números) por encima de la sensación (sentimientos, emociones). Demostrar interés por lo que la persona siente conduce a una conexión más directa con esa experiencia de vida, facilitando la identificación de contextos emocionales similares que nos haya tocado vivir.
Neutralizar los prejuicios, aplicar respeto, paciencia y tolerancia: Los prejuicios son generalizaciones inflexibles y/o distorsionadas que detonan aversión hacia algunas personas o grupos de personas y, por lo tanto, imposibilitan un entendimiento empático de las mismas. No se trata de renunciar a nuestras creencias, sino de entender que, a pesar de las diferencias, la vivencia de la experiencia humana comparte emociones universales que merecen ser entendidas y atendidas.
Accionar empáticamente: Una vez que hemos podido entender e identificarnos con lo que sienten las personas, existe un paso más que podemos dar, sobre todo si esa persona está viviendo una situación difícil: actuar. Ayudar, en la medida de las posibilidades que tengamos, es un acto empático sumamente transformador, no solo para la persona que recibe ayuda, sino para quien la da.

Finalmente, quiero recalcar que este accionar empático del cual estoy hablando no se trata de ayuda material exclusivamente. Se trata de acompañamiento, de estar allí para la persona, y que a veces resulta más reconfortante que todo el dinero del mundo.

Aún en estos tiempos, donde la norma de distanciamiento social es parte de las estrategias para combatir la pandemia, podemos seguir demostrando cercanía a las personas desde otros frentes. Confiemos en que un día, con toda seguridad, esa cercanía podrá volver a ser expresada en un fuerte abrazo, un efusivo apretón de mano y un cálido beso.

Lic. Pablo Molina Cortés
Artista Escénico y Psicólogo
Promoción de la Salud
Oficina de Bienestar y Salud
Universidad de Costa Rica

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