El arte como la vía del autoconocimiento

Sin importar donde estemos, la hora o las circunstancias que estemos viviendo, siempre estaremos en constante convivencia con nosotros mismos, con nuestros pensamientos, sentimientos, miedos y aspiraciones.

Cada día tenemos la oportunidad de conocernos un poco más, a través de los retos cotidianos, algunos más simples y otros más complejos. Esta realidad, lejos de asustarnos, puede convertirse en la posibilidad de profundizar sobre nosotros mismos y reconocer los recursos propios para poder mejorar nuestra vida, para pasar de ser espectadores a protagonistas de nuestra propia historia.

El sociólogo y filósofo estadounidense Lewis Mumford decía que el arte es “principalmente el dominio de la persona y su finalidad es ensanchar la provincia de la personalidad”. Ese ensanchamiento proviene del permiso que nos damos para identificar nuestras habilidades y fortalezas, nuestros gustos y disgustos, nuestras luces y sombras propias. Todo eso está allí, dentro de nosotros, influye en nuestra toma de decisiones diaria, en la manera en que nos relacionamos con el entorno y las demás personas.

Por eso creo que el autoconocimiento – conocerse a uno mismo – es todo un arte, un proceso único y constante en el que buscamos nuestra propia manera de entendernos, aceptarnos, amarnos y cultivarnos personalmente.

Ahora bien ¿cómo mejoramos el arte de conocernos a nosotros mismo?

Una de las primeras estrategias que recomiendo es permitirse expresar lo que se siente y se piensa. No necesariamente se trata de expresarlo para que alguien más lo reciba o atienda, sino para que nosotros mismos podamos ponerle nombre a aquello que nos está incomodando, alegrando, atemorizando, conmoviendo, transformando.

Con lo anterior quiero rescatar la importancia de comunicarnos con nosotros mismos, no lo dejemos de lado. Y en esta dimensión, la comunicación intrapersonal, es importante la sinceridad con la que nos tratamos. El arte ayuda a que estos procesos sean más llevaderos; porque sí: a veces estamos pasando por circunstancias muy difíciles de describir en palabras, pero quizás una melodía, un baile, una película, un dibujo, por más sencillo que sea, nos puede ayudar a liberar esa energía o tensión que tenemos acumulada por dentro.

El arte, solo por el gusto de hacerlo y disfrutarlo con nosotros mismos, también vale la pena.

Para finalizar, propongo un pequeño ejercicio artístico que promueva el autoconocimiento, titulado “Mi Biografía Musical”:

Elija 3 canciones que sean significativas para usted, ojalá que representen momentos diferentes de su vida (infancia, adolescencia, adultez, por ejemplo).
Escúchelas una vez más, en ambiente tranquilo y cómodo.
Anote o dibuje los sentimientos y recuerdos que le evocan, sin ninguna restricción.
Reconozca y agradezca la importancia e influencia que esos sentimientos y recuerdos tuvieron (o siguen teniendo) en su vida actual.
Elija una canción de su preferencia, que le evoque su sentimiento presente ¡disfrútela al máximo!

Pablo Molina Cortés.

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