Comer con placer

Es más fácil realizar acciones cuando el resultado de ellas nos genera placer, quizás esta es una de las razones de las prácticas de alimentación que solemos implementar, preferimos aquellas que nos generen o asociamos con placer que otras que no nos gustan tanto.

¿Y qué tal si analizamos si ese placer se puede relacionar con el bienestar?, es decir, por ejemplo, comiendo un trozo de queque de chocolate o una torta chilena todos los días podemos sentir placer y un bienestar en un corto plazo, pero ¿qué pasa si mantengo esa práctica por mucho tiempo? ¿Ese placer y bienestar se mantienen en un mediano o largo plazo?

Retomando algunos elementos de la definición de la Real Academia Española de la Lengua sobre el placer, la cual indica que es el: “goce o disfrute físico o espiritual producido por la realización o la percepción de algo que gusta o se considera bueno”; se puede afirmar que comer con placer sería, entonces, comer alimentos porque gustan, además, porque se consideran buenos.

Estar conscientes de disfrutar no solo por el placer o por el gusto, sino también por placer del bienestar que brindan en el corto, mediano y largo plazo, llevaría a consumir gran diversidad de alimentos que aportan mucha variedad de nutrientes para un funcionamiento óptimo del cuerpo.

Es recomendable, entonces, elegir los alimentos de forma consciente tomando en cuenta el placer por el gusto y por el bienestar que le brindan; y al ingerirlos hacerlo en un ambiente tranquilo, sin distractores y con atención plena desde todos los sentidos: gusto, olfato, vista, oído y tacto.

 

Máster Ana Yanci Zúñiga Bermúdez
Nutricionista
Promoción de la Salud
Oficina de Bienestar y Salud
Universidad de Costa Rica

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