Antes de hablar de Salud laboral… ¡un aplauso para el entusiasmo!

Yo creo que los grupos humanos en el plano laboral (muy a pesar de las diferencias) tienen una cualidad que les permite tener energía para llevar a cabo lo que se propongan.

Esa cualidad la llamo entusiasmo.

El entusiasmo lo puede tener solo una persona del grupo, pero este es contagioso. Y ahí está la clave…

En cualquier dimensión… me refiero al logro de los objetivos de la organización o bien, a alguna actividad extralaboral destinada a fortalecer los lazos, el entusiasmo es el punto de arranque.

Cuando nos introducimos a unidades de trabajo, con la intención de colaborar en la formulación de sus planes de salud, nos enfrentamos a personas que tienen el deseo de cambiar y/o robustecer las acciones y se destacan emociones muy significativas cuyo punto de partida es el entusiasmo…. Esa es como una llave que acciona cualquier cosa, evento, idea o cualquier actividad de la vida. Lo mismo pasa en el ambiente  laboral.

Los ambientes laborales no siempre son los mejores o los más positivos.  Ellos están conjugados entre experiencias de logros, momentos cotidianos negativos, decisiones de mucha presión, estilos de comunicación (buenos y malos), limitaciones, presupuestarios y/o humanas, el estrés del diario vivir, las demandas del entorno… pero más allá de esto, cualquier tipo de limitación se puede vencer con el entusiasmo.

Detrás del entusiasmo viene la disposición, la creatividad, el positivismo, la actitud…

Le aseguro que el entusiasmo se traduce de manera positiva en cada célula de su cuerpo.

Todo esto nos hacer funcionar de forma diferente… y esto es la mayor contribución desde nuestra responsabilidad humana a la salud a la organización.

Por: Fabiola Fernández Trejos
Licenciada en Trabajo Social
Unidad de Promoción de la Salud
www.ups-obs.com

Deja un comentario