¿Una pandemia de oportunidades?

Hemos llegado al mes 11 del año 2020, nos encaminamos hacia el final de un año que ha sido diferente. Sin duda nuestra realidad ha cambiado, desde el mes de marzo hemos vivido en un torbellino de emociones, temores, angustias y cambios, lo que significa que puede ser un buen momento para tomar consciencia de quiénes somos hoy, a dónde hemos llegado, qué hemos logrado, qué hemos aprendido a amar o a odiar, qué hemos extrañado, pero sobre todo, qué vamos a hacer con todo lo que este 2020 nos ha permitido transitar.

En algún momento durante estos meses de pandemia, te has preguntado: ¿por qué no dejar de hablar de solo de lo negativo de este 2020 y hacer un intento por mirar las cosas buenas que nos haya traído y que quizá no nos hemos permitido disfrutar, por estar solamente enfocados en los por qué de todo y el famoso ya quiero que todo sea igual que antes.

Tal vez sea hora de valorar, lo que el tiempo de pandemia puede haber permitido.

Quizá:

  • Transformarte en una mejor versión de vos mismo(a), o al menos haber experimentado algunos cambios en vos. Lo que sí es seguro, es que ya no sos el mismo(a) que inició el año.
  • Aprender a que la vida es flexible. La flexibilidad es permitir, comprender, fluir y no exigir.
  • Entender que lo más importante estar en el aquí y ahora para poder realmente vivir, sin deprimirnos por el pasado y sin angustiarnos por el futuro.
  • Mirar cómo la pandemia mostró que en realidad hay muchas cosas de las que no tenemos control y que la resistencia al cambio solo genera fuerza en contra y hace que todo parezca aún más difícil de lo que puede ser.
  • Darse la oportunidad de conocer otras verdades, otros puntos de vista, pues no solo el tuyo es el correcto y único.
  • Aprender que lo tuyo termina donde empieza lo del otro(a) y solo entonces podemos hablar de complementariedad y empatía.
  • Construir y repensar en un sistema de vida personal y colectivo, que permita desarrollar el máximo potencial personal y social y que con lo poco o mucho que se tenga, permita bienestar, equidad y solidaridad.
  • Ser amable con sí mismo (a) y ser amable con los demás. Y no se trata de hacer como que nada pasa o de no mirar la realidad, claro que han pasado cosas, cambios, pérdidas, pero no debemos perder el optimismo realista, la esperanza de que todo ha cambiado y que puede ser mejor.
  • Aprender a ser la causa del resultado que deseas, en lugar de ser solo el efecto de cualquier causa.
  • Hacer que valga la pena ser parte de una generación que ha pasado por una pandemia, con lo bueno y lo no tan bueno, lo conocido y lo desconocido.
  • Agradecer, agradecer y agradecer, porque aún en las condiciones más adversas, habrá algo por qué dar las gracias… y vuelve a conectar con tu sentido de vida.
  • Reconocerse como resiliente al haber enfrentado una condición, personal, social y mundial desafiante y sin duda, vendrá otro año, quizá con nuevos retos, pero ya tenemos la experiencia.

Entonces, esta pandemia no solo ha restado, también nos contagia… pero puede contagiar oportunidades para valorar, para crecer y ser mejores. Y cuando esto termine, porque va a terminar, podamos contagiar a los demás de alegría, amor y bienestar.

Si estás leyendo esto, es porque has logrado llegar hasta aquí y puedes decir

¡¡lo he hecho muy bien!!

M.Sc. Shirley Carmona Brenes
Psicóloga, Promoción de la Salud. Oficina de Bienestar y Salud

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