¡Un brindis por el Cuidado de la Salud! – (Parte 2)
En este viaje de años por las organizaciones, en todas, nos hemos encontrado a esas personas que no participan y se resisten a ser parte de los procesos educativos (en salud o en cualquier otra temática)
Esta situación la hemos observado como una constante de todas las organizaciones. De hecho, para algunos de los líderes hasta es un foco de tensión.
No quisiera detallar en el análisis del por qué de su no participación; más bien quisiera mencionar, los aportes significativos que estas personas nos hacen, dentro de un proceso de mejora continua como el nuestro.
Pero, ¿qué nos aportan?
Las personas resistentes, son un desafío para quienes lideramos procesos educativos, nos permiten retarnos a diseñar metodologías inclusivas, creativas y llamativas para cualquier tipo de persona.
Las personas resistentes están en su derecho de no participar, esto implica, buscar otro tipo de trabajo, dirigido a ellos para poder brindarles la información por otro medio.
Las personas resistentes, son por lo general, contagiosas de su resistencia, esto implica, doblegar esfuerzos en crear motivación en quienes sí están dispuestos a participar de los procesos educativos.
Las personas resistentes, no son en general negativas, muchas veces son escépticas o no disponen de la información necesaria y basta con dar tiempo al proceso, éstas también nos enseñan a ser pacientes y a tener confianza en lo planificado.
Las personas resistentes, quizás, están con temor al proceso de cambio o frente a algo nuevo o en estado de confort y esto implica además de la adaptación, un liderazgo y/o un grupo de personas que les inspire a participar de los procesos.
Hemos visto a través de nuestra práctica, que con el paso de las actividades, el logro de objetivos y la evidencia de los resultados, se van sumando y se van contagiando positivamente de los otros…y finalmente participan…
Pero en el mientras tanto, es indispensable, centrar los esfuerzos en las personas anuentes a participar desde el primer momento, en el grupo fuerza de la organización que es capaz de servir de ejemplo para otros.
Creemos que la inversión de los procesos educativos tiene un impacto positivo en toda la organización y esto potencializará el bienestar común, sin importar quienes sean parte desde el inicio, quienes se sumen en el proceso o quienes no se sumen nunca.
Por: Fabiola Fernández Trejos
Licenciada en Trabajo Social
Unidad de Promoción de la Salud
www.ups-obs.com
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