¿Un artista trabajando en salud?
Dentro de dos semanas estaré cumpliendo cinco años desde que entré a la Unidad de Promoción de la Salud. En ese entonces, había una plaza dentro del equipo de trabajo que era necesaria completar: una persona con formación artística.
Quizás surja la pregunta: ¿un artista trabajando en salud? Pues sí, es necesario, indispensable diría yo. El arte es un componente fundamental del desarrollo humano, como ya lo hemos visto a través de múltiples estudios y teorías, en las que se explica detalladamente la relación entre las actividades artísticas y su poderoso potencial terapéutico. Y a pesar de que dichos estudios se realizaron a partir del siglo pasado, es en la actualidad donde vemos que el uso del arte en contextos de salud ha cobrado fuerza, enhorabuena.
Sí, un artista trabajando en Promoción de la Salud. – “¿Y ahora qué se supone que debo hacer?”- me pregunté. No había antecedente concreto del cual pudiera agarrarme para asumir este nuevo trabajo, era como partir de cero. Y poco a poco todo fue tomando forma en la práctica: tuve que leer, capacitarme, preguntar, volver a leer, pero sobre todo: tuve que aprender a ser creativo.
En mi trabajo con la Unidad de Promoción de la Salud, me ha tocado enfrentarme a contextos muy diversos: Talleres de Manejo del Estrés, de Relaciones Interpersonales, de Comunicación Asertiva, de Liderazgo, de Trabajo en Equipo, de Salud Mental, de Alimentación Saludable, de Pensamiento Creativo, de Actividad Física y Recreación, de Manejo de Públicos, de Formulación de Proyectos, de Reconocimiento de Emociones, etc. ¡Y en todas ellas he implementado estrategias artísticas para el desarrollo de los contenidos! La clave ha sido estar siempre sensible, abierto a todas las ideas que mis compañeros de trabajo me dan, a no censurar mi flujo de pensamiento y sobre todo: trabajar en equipo.
Puedo decirles que siento una inmensa satisfacción cuando una persona que ha asistido a uno de mis talleres se me acerca para felicitarme por el trabajo realizado, con una mirada llena de sinceridad y gratitud. No se trata de ego, se trata de la satisfacción de saber que uno ha colaborado para que esa persona se empodere, se apropie de sus recursos propios para comprometerse a cuidar de su salud, y a disfrutar del hermoso regalo de la vida.
Han sido cinco años de crecimiento profesional, que me han ayudado a confirmar mi vocación de artista. Un artista trabajando orgullosamente para la salud 🙂
Por: Pablo Molina Cortés
Especialista en Arte
Unidad de Promoción de la Salud
www.ups-obs.com
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