La puntuación: elemento clave de la comunicación
Este blog se complementa con los dos anteriores que publiqué en relación con el tema de la comunicación en las relaciones humanas. En esta ocasión me centraré en describir el proceso decomunicación como un sistema.
El fundamento que estoy empleando parte de las investigaciones del psicólogo Paul Watzlawick, quien propuso un conjunto de axiomas sobre el proceso de la comunicación entre las personas, muy útiles para nuestra vida cotidiana.
Partiendo de lo más elemental, un sistema se define como un conjunto organizado de partes interactuantes e interdependientes, que se relacionan formando un todo unitario y complejo.
Para citar ejemplos muy concretos de lo anterior, podemos mencionar al sistema solar (conjunto de astros que se influyen gravitacionalmente entre sí), el sistema de alcantarillados (conjunto de estructuras que administran las aguas de una región) o incluso el sistema respiratorio (conjunto de órganos que posibilitan el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono con el ambiente). Como podemos ver, en un sistema cada parte tiene una interdependencia y una interacción con las demás partes.
Pues bien, lo mismo sucede en la comunicación humana: es un sistema en el que interactúan factores personales, históricos, lingüísticos, sociales, entre muchos otros más. Ninguno de ellos funciona de forma aislada sino que aporta una dimensión más a los mensajes que una persona quiere decir, o a la forma en que las otras personas reciben dicho mensaje. Y como todos estos factores están siempre presentes, las respuestas o reacciones tienen infinidad de variaciones.
Es muy común que las personas que se encuentren en un conflicto asuman que su reacción hostil es producto de la conducta que el otro emitió primero. Lo curioso es que la otra persona dirá lo mismo; y eso nos ubica en un bucle donde es muy difícil encontrar una solución. La comunicación está afectada por la puntuación que ambas partes le han dado al conflicto, es decir, a la forma en que cada persona estructura los mensajes que recibe y cómo interpreta dichos mensajes.
Ante estas situaciones, es muy importante ampliar la perspectiva y reconocerse como parte de un sistema de relaciones humanas en el que el problema y su solución no dependen de una sola parte o persona, sino de la comprensión e interrelación de todos los individuos que conforman el grupo.
“Dos cabezas piensan mejor una”, reza un dicho popular, y es cierto. Yo le agregaría: “Dos personas que se escuchan y se relacionan saludablemente, definitivamente piensan y accionan mejor que una”. ¡Hasta la próxima!
Por: Lic. Pablo Molina Cortés
Especialista en Arte
Unidad de Promoción de la Salud
Oficina de Bienestar y Salud
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